Jerónimo Usera
Movido por la fuerza interior de su experiencia cisterciense, inicia nuevos caminos de evangelización en Europa, África y América.
Jerónimo Mariano Usera y Alarcón, nace en Madrid el 15 de septiembre de 1810, en una familia de hondas raíces cristianas, vasta cultura y genuino patriotismo. Estos cimientos familiares, unidos a su bondad natural y talento, hicieron de Jerónimo Usera un hombre de rica personalidad y sólidas virtudes, un espíritu inquieto y amante del saber, con sentido de servicio y amor a Dios, a la vez que arriesgado y generoso para ayudar a los necesitados.
Convencido de que Dios le ha elegido, se abre al amor de Dios en el silencio y la oración del Cister, a la temprana edad de catorce años. La situación política le obliga, en 1835, a cambiar la paz y armonía del claustro por la contemplación en medio de la acción solidaria y liberadora de la sociedad de su tiempo.
El rumbo de su vida está decidido. Jerónimo sabe leer el querer de Dios en los acontecimientos históricos y, movido por la fuerza interior de su experiencia cisterciense, inicia nuevos caminos de evangelización y promoción humana, en tres continentes: Europa, África y América.
J. Usera, después de la exclaustración pasa por muchas vicisitudes y se ocupa en diferentes trabajos: párroco rural, profesor universitario en la Universidad Central, primer misionero católico en Guinea española, párroco de Uceda, canónigo en Santiago de Cuba, deán de Puerto Rico y de La Habana. Su personalidad profundamente religiosa y comprometida con la dignificación de la persona se revela sobre todo en la acción pastoral y pedagógico-social que desarrolló en cada uno de los lugares donde ejerció su ministerio sacerdotal.
Tuvo el gran carisma personal de acertar a movilizar y organizar grupos a favor de su gran objetivo: promover la vida cristiana de la sociedad y abrir a los pueblos un camino de desarrollo y felicidad.
Se destacan tres grupos de personas como los predilectos en su acción: los niños, la mujer y los negros: esclavos y campesinos.
CUBA
La situación política le obliga, en 1835, a cambiar la paz y armonía del claustro por la contemplación en medio de la acción solidaria y liberadora de la sociedad de su tiempo.
El rumbo de su vida está decidido. Jerónimo sabe leer el querer de Dios en los acontecimientos históricos y, movido por la fuerza interior de su experiencia cisterciense, inicia nuevos caminos de evangelización y promoción humana, en tres continentes: Europa, África y América.
J. Usera, después de la exclaustración pasa por muchas vicisitudes y se ocupa en diferentes trabajos: párroco rural, profesor universitario en la Universidad Central, primer misionero católico en Guinea española, párroco de Uceda, canónigo en Santiago de Cuba, deán de Puerto Rico y de La Habana. Su personalidad profundamente religiosa y comprometida con la dignificación de la persona se revela sobre todo en la acción pastoral y pedagógico-social que desarrolló en cada uno de los lugares donde ejerció su ministerio sacerdotal.
"Nunca llamó a sus puertas una necesidad que no fuera al instante socorrida".
Muere Jerónimo Usera en La Habana, pobre de bienes y sobreabundante de méritos, el 17 de mayo de 1891. Su lema "decir la verdad y hacer el bien" en servicio de Dios y de los hombres, fue la razón de sus palabras, su pobreza, sus riesgos y su obediencia y sumisión a la Iglesia.
Acción en favor de la mujer
En las Antillas, donde el P. Usera permaneció la mayor parte de su vida, visitaba los barrios donde abundaba la prostitución para conocer la situación de los niños maltratados o abandonados, y recogerlos en la sociedad Protectora por él fundada. Algunos no podían comprender la dedicación del Deán a esta tarea, lo cual le causó dolorosas incomprensiones. Pero él creía que su lugar estaba allí donde su presencia pudiera ser necesaria. Así conoció de cerca la marginación de la mujer antillana.
Tiene una visión positiva de la mujer y un elevado concepto de ella basado en su insustituible función en la sociedad como esposa y madre "tales cuales fueren los sentimientos de la madre, esos serán también los sentimientos de la familia y por consiguiente los del pueblo". Por este motivo venciendo muchas dificultades, funda instituciones con el doble fin de elevar el nivel cultural y promover la profesionalización de la mujer. Además de la Congregación de Hermanas del Amor de Dios y la Casa de Caridad y Oficios de San Ildefonso, funda la Academia de Tipógrafas y encuadernadoras. De ésta se puede decir que, aunque no sea la obra más importante, adquiere significado especial porque él dirigió su fundación en los últimos días de su vida y porque ella es una clara afirmación de que él seguía creyendo en la liberación de la mujer, aun cuando la muerte estaba ya a punto de vencerle. El hecho de que las tres obras fueran llevadas por mujeres indica el grado de confianza que Usera tenía en la mujer en su rol dentro de la sociedad.
Puerto Rico
En su acción apostólica, recorrió los campos de Puerto Rico y los barrios de la capital. Conoció la realidad del pueblo antillano y quedó impresionado, como él mismo afirma, por el contraste entre el grado de cultura de las clases altas o medianamente acomodadas, y la ignorancia profunda de las clases pobres, fueran blancos o de color, libres o esclavos.
Para responder a esta necesidad fundó la Casa de Caridad y Oficios de San Ildefonso. Su intención era fundar escuelas para la enseñanza de religión, leer, escribir y contar y las primeras reglas de Aritmética. Proporcionaría, además, un oficio a todos los niños pobres de ambos sexos y clases. Se daba alimento y ropa a los necesitados, para que no dejaran de frecuentar la institución quienes no tuvieran otros medios. Para llevar esta obra fundó la Junta de Damas de S. Ildefonso, integrada por señoras seglares que se comprometían a respaldarla con su aportación económica y trabajo voluntario.
Congregación de hermanas del Amor de Dios.- Pronto comprendió que la misión de la Casa de Caridad y Oficios necesitaba ser llevada por personas entregadas totalmente a la misión. Como él mismo dirá: "semejante enseñanza sólo puede ser desempeñada con toda perfección por personas cuya profesión no sea otra que ejercer la caridad, enseñando a las niñas pobres". Con este fin llegó a España en el 1860.
La dificultad de encontrar las religiosas que buscaba le llevó a la idea de fundar una congregación que tuviera como fin inmediato "preparar maestras para las Antillas" y como fin específico "la enseñanza donde sea necesario".
En el 1864 funda en Toro (Zamora, España) la Congregación de Hermanas del Amor de Dios cuyo carisma consiste en "encarnar el Amor de Dios en la vida, de modo que cada hermana llegue a ser una manifestación permanente del Amor gratuito de Dios a los hombres". Se dedicará especialmente a la educación de la niñez y juventud dondequiera que se crea necesario.
Apóstol de las Antillas
El 15 de septiembre se celebró, en la Catedral de La Habana , la apertura del bicentenario del nacimiento del venerable padre Jerónimo Mariano Usera y Alarcón, sacerdote madrileño que dedicó los últimos 43 años de su vida a las Antillas, ejerciendo un continuo apostolado de caridad y amor al prójimo, desde distintas áreas de acción. Abordaremos algunas de ellas en otro momento. Hoy sólo queremos ofrecer algunas pinceladas de su perfil biográficoNació en Madrid el 15 de septiembre de 1810. en el seno de una familia profundamente creyente. Fueron sus padres don Marcelo Usera, director de la Real Academia Greco-Latina de Madrid, profesor de lenguas clásicas, con amplia formación teológica; y su madre, doña Bernarda Alarcón, ilustre dama y esmerada educadora de su numerosa prole.
Algunos de sus hermanos destacaron por su amplia cultura y competencia profesional.Sintió la vocación religiosa a la temprana edad de 13 años. Vistió el hábito en el Monasterio cisterciense de Osera, provincia de Orense, el 3 de marzo de 1824 y profesó un año después. Cursó con gran éxito los estudios de Letras, Filosofía y Teología, y se dedicó con especial empeño al conocimiento de las lenguas clásicas. El 20 de septiembre de 1834, dos meses después del “degüello de frailes”, en Madrid, recibió la ordenación sacerdotal en Uclés, Cuenca. Poco después, por decreto gubernamental del 25 de julio de 1835, se cerraron los monasterios, en España.
A partir de ese momento vivió como monje exclaustrado, en rigurosa observancia monacal, de pobreza evangélica y de ardor apostólico.sanildefonsoSu vida tiene que ser contemplada desde el marco histórico-político-social del agitado siglo xix que afrontó con la serenidad del que tiene a Dios como único absoluto y, a impulso de su amor, sabrá dar a los hombres de su tiempo, en cada momento y circunstancia, la respuesta adecuada, convirtiéndose en apóstol, misionero, y educador, sin dejar de ser contemplativo.Permaneció cinco años, como párroco rural, en la cercanía de su monasterio. Como este permanecía obligatoriamene cerrado, regresó a Madrid donde desarrolló una intensa actividad apostólica, literaria y humanitaria. Enseñaba Griego en la Universidad Central cuando la llegada a Madrid de dos negros crumanos cambió su destino. Puestos bajo su dirección, el profesor se convertía en discípulo de sus alumnos para aprender de ellos su idioma, mientras les enseñaba el castellano y los preparaba para el Bautismo. Impulsado por la caridad de Cristo se ofreció para las misiones del golfo de Guinea.
El 24 de diciembre de 1845, desembarcaban, en Fernando Poo, hoy Bioko, los dos primeros misioneros católicos de la Isla : Jerónimo Usera y Juan del Cerro.Habiendo enfermado gravemente, regresó a España. Restablecida su salud, fijó su mirada en las Antillas, muy necesitadas de clero y de sacerdotes. El 11 de noviembre de 1848, tomaba posesión de su primer beneficio eclesiástico en la Catedral de Santiago de Cuba, ascendiendo poco después a Gobernador Eclesiástico y Rector del Seminario cuyo Plan de estudios reformó. También el Gobierno Provincial le nombró Vocal de la Comisión de Instrucción Primaria.En 1853 fue transferido para Puerto Rico donde ejerció varios cargos eclesiásticos. Aquí inició su acción pedagógico-social con la fundación de la Casa de Caridad y Oficios de San Ildefonso. Fue igualmente notable su acción humanitaria, atendiendo a los esclavos liberados.En 1864 se dirigió a España para fundar la Congregación de Hermanas del Amor de Dios, para la educación de la infancia y la juventud femeninas.
Ese mismo año pasó a Deán de la Catedral de La Habana , en Cuba, donde falleció el 17 de mayo de 1891.Gobernador solícito, profesor sabio y recto, sacerdote santo, amigo del progreso y de la ciencia, protector del pueblo, defensor de los esclavos y oprimidos, benefactor del pobre, del enfermo y del abandonado, son algunos de los rasgos característicos del venerable Padre Usera.Lleno de méritos ante Dios y ante los hombres, murió pobre y humilde como siempre había vivido. Sus contemporáneos nos dejaron numerosos testimonios de su fama de virtud, bondad y ciencia.Sor Teresa Vaz
Acción en favor de los negros, esclavos y campesinos
En el año 1844, siendo profesor de griego de la Universidad de Madrid, le encargan al P. Usera la educación de dos africanos, que habían traído a España de una expedición a Fernando Póo. Este hecho iba a influir profundamente en su aprecio por la raza negra. Después de unos años llegó a afirmar: “Hace tiempo que me he consagrado por entero a defender los derechos de la raza negra, a la que amo en Jesucristo”. A partir de este momento su acción a favor de los negros y esclavos es constante hasta el final de su vida.
África. Decidido a identificar su suerte con las de los africanos, se ofrece para ir a Guinea como primer misionero católico. Mientras preparaba la expedición escribió un Ensayo gramatical del idioma de la raza africana de Ñano, idioma que había aprendido con los dos africanos que le habían encargado para su evangelización y educación. A pesar de su corta estancia en Fernando Póo, de tan sólo tres meses, por la grave enfermedad que contrajo, pudo conocer la realidad de la isla y de sus gentes lo suficiente como para escribir una Memoria; abrió una pequeña escuela y compuso un vocabulario del idioma Bubi. Ya en España, mientras se recuperaba de la enfermedad, elaboró las bases para un Proyecto de Misiones españolas en las que deja plasmada su idea de la Misión como desarrollo integral de la persona en la que evangelización y promoción humana son los dos componentes indispensables.
Puerto Rico. Defiende los derechos de los esclavos frente a los abusos de los hacendados, tanto en vida como después de muertos. Reclama para ellos "los mismos sufragios que para cualquier otro hijo de la Iglesia", reconociendo con esta afirmación la dignidad e igualdad de todos los seres humanos sin distinción de razas. Atiende a los esclavos liberados que llegan a la isla en un barco negrero en condiciones físicas deplorables. Se instala en medio de ellos, ayudando a los médicos a atenderlos en su enfermedad y encargándose personalmente de su evangelización. Llegó a darle su nombre y apellido a un niño negro que ningún hacendado quería porque aún no servía para trabajar. Escribió un Catecismo en el idioma congo para que los esclavos de las plantaciones pudieran ser evangelizados en su propio idioma. Siempre mostró un gran respeto por el idioma de los pueblos africanos.
Cuba.- Forma parte de la Junta de Información sobre reformas en Cuba y Puerto Rico que se celebraría en Madrid en 1866. En una de las sesiones presentó una moción que constaba de dos partes. La primera describía la situación en que se encontraban los pobres de las Antillas. Estos eran fundamentalmente esclavos africanos y emigrantes asiáticos. Y hacía la propuesta de fundar una Asociación piadosa para la educación de los pobres de las Antillas.
Muere Jerónimo Usera en La Habana, pobre de bienes y sobreabundante de méritos, el 17 de mayo de 1891. Su lema "decir la verdad y hacer el bien" en servicio de Dios y de los hombres, fue la razón de sus palabras, su pobreza, sus riesgos y su obediencia y sumisión a la Iglesia.
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